«No pinta bien», aseguraba Chus Mateo, asistente de Pablo Laso y su sustituto en el banquillo tras el infarto del vitoriano, antes del inicio del tercer periodo a los micrófonos de #Vamos. Se refería la escalofriante lesión de Anthony Randolph, que tuvo que abandonar la cancha del Palau Blagurana tras lesionarse de mala manera la rodilla izquierda. La imagen es espeluznante, provoca escalofríos y duele solo con verla. El ala-pívot sufrió el incidente en el 4:44 del segundo cuarto del primer partido de esta final de la Liga Endesa contra el Barcelona. El equipo blanco iba por delante en el marcador (25-39) en ese momento. Randolph perseguía a Nikola Mirotic, resbaló y la pierna izquierda se le dobló hacia afuera, de manera completamente antinatural.
Randolph necesitó asistencia médica y todos los asistentes al partido se dieron cuenta en el momento de la gravedad de la lesión. Se tuvo que retirar con ayuda y sin poder apoyar la pierna en el suelo. El Palau aplaudió al jugador en un acto de total deportividad.
El internacional no está teniendo suerte con las lesiones. A finales de 2020, ante el Olympiacos en la Euroliga, se rompió completamente el tendón de Aquiles. Estuvo fuera de circulación casi un año, regresando ante el Casademont Girona el 4 de diciembre en la Liga Endesa. Esta temporada ha jugado 24 partidos en la ACB con 5,1 puntos y 2,3 rebotes de media. Y 17 en la Euroliga: 3,6 tantos 2,2 capturas.
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