Carolina Marín demostró que no tiene rival en el bádminton europeo y se impuso en la final continental a la escocesa Kirsty Gilmour en dos sets (21-10 y 21-12). La española demostró su superioridad en la pista para conquistar en Madrid su sexto título de Europa de forma consecutiva y dejar atrás el calvario que le supuso la lesión de rodilla que sufrió en mayo de 2021 y le impidió participar en los Juegos Olímpicos de Tokio.
A Marín, que demostró un buen estado de forma pese al parón obligado de 11 meses, tardó apenas unos minutos hacerse con la iniciativa del choque ante la escocesa, con la que la española mantenía un saldo muy favorable (7-2) en sus enfrentamientos previos a esta final.
Muy sólida mentalmente, la triple campeona del mundo impuso su agresividad para distanciarse poco a poco en el marcador y mantener en todo momento a raya a su rival. Gilmour intentó sacudirse este dominio, pero sus errores no forzados acabaron condenándola en la primera manga, que cayó del lado español por un rápido 21-10.
Se alargaron algo más los peloteos en el segundo set, pero de nuevo los errores no forzados le salieron muy caros a la escocesa, que tratando de arriesgar mandó varias veces el volante fuera de los límites de la pista. A Carolina Marín, muy centrada, le bastó con mantenerse en los intercambios y aprocvechar las imprecisiones de Gilmour para revalidar el título conquistado el año pasado en Kiev.
«Después de tanto tiempo, este oro es de todos vosotros», dedicó una feliz Carolina Marín al público congregado en Madrid. «Para mí el oro era volver a competir», agregó.
Este artículo ha sido publicado originalmente en este sitio.
