Nicolás Maduro le encomendó ser la voz del régimen venezolano en la Cumbre de las Américas en Los Ángeles, y así lo hizo, añadiéndole además la defensa del castrismo en Cuba. El presidente argentino, Alberto Fernández, tomó la palabra en el plenario inaugural de este jueves 9 de junio y dijo, ya apuntado desde el principio por dónde iba a ir su intervención: «Lamento que que no hayamos podido estar presentes todos los que deberíamos estar en este ámbito tan propicio para el debate».
Por si quedaba dudas de qué quería decir Fernández, que ya presionó para que estuvieran en esta cumbre los regímenes castrista y chavista, añadió: «Cuba soporta un bloqueo de más de seis décadas impuesto en los años de la Guerra Fría y Venezuela tolera otro mientras que una pandemia que asola a la humanidad arrastra consigo millones de vidas. Con medidas de ese tipo se busca condicionar a gobiernos, pero en los hechos solo se lastima a los pueblos».
Joe Biden y Kamala Harris miraban atentamente al orador, con gesto más bien serio, mientras este les espetó: «Definitivamente hubiésemos querido otra Cumbre de las Américas. Para que esto no vuelva a suceder, quisiera que quede sentado en el futuro que el hecho de ser país anfitrión de la cumbre no otorga la capacidad de imponer un derecho de admisión
sobre los países miembros del continente».
En la III Cumbre de las Américas, celebrada en Canadá en 2001, los asistentes acordaron que se debería extender invitaciones a aquellos mandatarios que estuvieran dentro del marco democrático.
Tras mucho tira y afloja, y presiones tanto de Argentina como de México, Biden decidió no invitar a los dictadores de Cuba, Venezuela y Nicaragua. Por esa decisión, el mexicano López Obrador se ausentó, y puso como condición para enviar a su canciller, Marcelo Ebrard, que EE.UU. no invitara al opositor al chavismo Juan Guaidó como representante del pueblo europeo. Preguntado en un pasillo, Ebrard dijo a ABC que él no puso ninguna condición. «Se trata solo de invitar a todos, nada más», dijo.
El argentino Fernández sí acudió, y como se ha visto, se aseguró de que el punto de vista del eje castro-chavista quedara representado. «Presidente Biden», dijo con la mirada puesta en el estadounidense, que estaba a su izquierda, «los años previos a su llegada al Gobierno estuvieron marcados por una política inmensamente dañina para nuestra región desplegada por la Administración que lo precedió. Es hora de que esas políticas cambien y los daños se reparen».
Se refería el argentino al endurecimiento de Trump del embargo a Cuba y sus sanciones al chavismo. Biden ha levantado parcialmente esas sanciones, tanto a Cuba como a Venezuela.
Fernández también le dedicó una crítica directa al secretario general de la Organización de los Estados Americanos, Luis Almagro, también presidente en el auditorio del Centro de Congresos de Los Ángeles y defensor reincidente de la necesidad de cambio de régimen en La Habana y Caracas. «La OEA, si quiere ser respetada y volver a ser la plataforma política regional para la cual fue creada, debe ser reestructurada removiendo de inmediato a quienes la conducen», dijo el argentino.
Fernández acabó su intervención invitando a Biden a la siguiente cumbre de la Celac, de la que es presidente de turno. Fundada por Hugo Chávez y Evo Morales, la Celac [Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños] incluye a todos los gobernantes en activo de Latinoamérica y el Caribe.
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