El Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) ha publicado un nuevo barómetro temático sobre el coronavirus. Ha preguntado a los españoles sobre la vacuna: solo el 32,5% está dispuesto a ponérsela «inmediatamente», en cuanto esté disponible. Eso será, si se cumplen las previsiones del Gobierno, en enero, pero solo serán unas pocas primeras dosis que irán destinadas a sanitarios, usuarios de residencias y grandes dependientes. El 55,2% dice «preferir esperar a conocer los efectos» de la vacuna; y solo el 8,4% no quiere ponérsela «en ningún caso». Sin embargo, entre estos dos grupos, el casi 65% que no dice que «sí», el 59,6% cambiaría de opinión y sí se la pondría «inmediatamente» si se la recomendase su médico o médica basándose en su historial clínico y en el riesgo de contagio a un familiar. El 82,9% de los encuestados afirma estar al tanto de las novedades sobre las vacunas en marcha, está hecha entre el 23 y 26 de noviembre.
La última vez que el CIS preguntó por la vacuna de la COVID-19 fue en el barómetro general publicado en noviembre, con preguntas hechas en la primera quincena del mes. Entonces era ligeramente superior el porcentaje de personas que estaban dispuestas a vacunarse «inmediatamente», el 36,8%. Sin embargo, el abanico de opciones en ese caso era diferente. El 47% decía directamente «no», sin el matiz que ahora se da a «esperar a ver sus efectos». Tampoco se preguntaba si cambiaría de opinión en caso de que su facultativo de cabecera se lo aconsejase directamente.
A la Organización Mundial de la Salud (OMS) le preocupa esta tendencia de los estudios, que se da también en otros países. Este jueves reclamaron a la población que confíe en las futuras vacunas contra la COVID-19 y a los gobiernos que tengan listos sus planes de vacunación para asegurar el éxito. «La promesa de una vacuna es magnífica pero no podrá alcanzar todo su potencial sin una sólida preparación y la aceptación de la comunidad», señaló el director para Europa de la OMS, Hans Kluge, la aceptación es «esencial». El ministro de Sanidad, Salvador Illa, se ha mostrado en otras ocasiones confiado en que, cuando llegue el momento, la gente entenderá que la vacuna es segura porque ha pasado por todos los procesos de regulación. En principio, la intención del Ministerio es no hacerla obligatoria.
Por otra parte, casi el 80% de los españoles no confía en que la responsabilidad de la gente funcione por sí sola contra la pandemia, según este CIS. Concretamente, el 78,4% cree que «son necesarias medidas impositivas como sanciones, multas, etc.» para que se cumplan las normas de protección contra el virus como el distanciamiento social o el uso de mascarillas. Solo el 16% cree que es suficiente con confiar en la buena voluntad de la ciudadanía. Sobre si las sanciones son o no suficientes, los españoles están algo divididos: el 49,4% cree que tienen que ser más duras, el 42,2% que son suficientes. El 80% está de acuerdo con la frase: «Después de la desescalada inicial hay muchas personas que empezaron a saltarse las normas». El 45,5%, con que «la reacción de la mayoría de los/as españoles/as en esta crisis ha sido ejemplar y hace que me sienta orgulloso/a de mi país». Y solo uno de cada tres cree que cuando termine la pandemia las cosas volverán a a ser como antes de marzo de 2020.
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